Un partido difícil

No creo que nadie me pueda acusar de ser un futbolero irredento, de modo que no pensaba yo que un entrenador fuera a protagonizar un escrito mío. Pero resulta que el encuentro al que se enfrenta el ya ex entrenador de Fútbol Club Barcelona no se juega sobre el césped y el premio es mucho más importante que una copa o unos cuantos millones de euros.

Tito, junto con Andoni Zubizarreta, acompañados de los jugadores y el cuerpo técnico del club y ante una buena cantidad de medios de comunicación han asistido a la lectura por parte de Sandro Rosell de un comunicado que decía que “tras las pruebas rutinarias realizadas a Tito Vilanova, el tratamiento a seguir es incompatible con sus labores como primer entrenador del club”.

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El caso es que el míster sufre de un cáncer que le obliga a abandonar, al menos por ahora, la disciplina del equipo, algo que Rosell lamentó y agrega que será a “comienzos de la próxima semana cuando Josep María Bartomeu y Zubizarreta se reunirán con la prensa de nuevo para anunciar el nuevo entrenador”.

Cosas que importan y cosas que no

Claro que, francamente, el nuevo técnico, su nombre y su DNI me importan tanto como cero. Lo importante es que otro ser humano, entrenador o no, sufre la enfermedad que ha amenazado y segado la vida de miles de personas.

Lo cierto es que he perdido a dos personas muy queridas (hace ya unos años) a causa de esta enfermedad que, estoy convencido, si no fuera por motivos económicos estaría erradicada, de modo que no puedo hablar con frialdad de ella. Ni quiero, claro.

Cuestión de dinero

Y he aquí el quid de la cuestión: el dinero, el que la cura de determinadas enfermedades no resulta rentable para las farmacéuticas. Pienso en la descomunal lista de víctimas de SIDA y de otras enfermedades… Y todo porque da más dinero mantener a una persona viva y sufriendo que sanarla.

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En fin, que haciendo honor al título de este blog, solo nos queda el inalienable derecho a la pataleta… Y, entretanto, Tito, que tengas buena suerte.

Tal vez algún día vuelva a aficionarme al fútbol gracias a un equipo entrenado por ti. O a las farmacéuticas las dirijan seres humanos. Lo que sea más fácil. Yo, por si acaso, me voy haciendo con la camiseta y la bufanda de tu equipo…

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